viernes, 16 de octubre de 2009

Luz de luz

Por su espalda se pasea
desde el alba hasta el ocaso
la luz que añora sus pasos
un Jueves cuando marcea
o cuando abril petalea
aromas que al aire fluyen,
pero esa luz se diluye
recogida en su aposento
antes que Él salga al encuentro
de un silencio que lo arrulle.
Por un barroco jardín
Sevilla ha puesto la luz
para que alumbre la cruz
de la Luz que en camarín
de plata, es principio y fin
de fe Divina y Humana,
y a través de una ventana
se posa en el aura hermosa
que con aroma de rosas
desde su perfil emana.
Cuando se oculta la luz
por aljarafeña loma
la Luz al patio se asoma
por la espalda de Jesús
envolviendo la quietud
de vergel y aura estancada.
Es Luz, en la madrugada,
que eclipsa a la luz del alba
que sólo sueña en su espalda
y de día quedar posada.
Diego Romero Pérez

1 comentario:

Sumhis dijo...

Una ventana a la humana divinidad en el corazón más grave de la ciudad. Sentimos cerca el latido y la silueta del Divino Nazareno imaginando, saboreando,viviendo los versos... Hermoso poema, Diego.